benja i ona njegova maria (ne ja, neka druga xD) na odmoru
El verano pasado la pareja visitó la isla por primera vez. Familiarizados con los atractivos del lugar, este año quisieron recorrer la bahía a bordo de una lancha.
Angra posee el gran poder de la conquista sensorial. El mismo que la Isla de CARAS legitima con el tiempo y sus reminiscencias. Es por eso que volver fue inevitable y, como claro déjà vu de aquel primero, celebraron su segundo aniversario. La escena incluso fue similar, pero en esta ocasión, Benjamín Rojas (21) y María del Cerro (21) regresaron compartiendo mucho más que las ganas de estar juntos, el humor y la coincidencia de un comienzo laboral inesperado y prematuro. Hoy viven la inquietud de un cambio de piel profesional.
El llegó a la televisión por un tío fotógrafo que no sólo exhibía las fotos del niño en la vidriera de su negocio, sino también en cada canal de televisión. Ella acompañó a una amiga interesada en anotarse en un concurso de aspirantes a modelos. En la espera, no advirtió que Ricardo Piñeiro la observaba. El destino dio otra vuelta de tuerca, y su amiga la aplaudió desde la platea del desfile final de SUPER M 2002. Días después, estrenó las pasarelas.
—¿Vocación o buena suerte aprovechada?
—Benjamín: La vocación fue la que me buscó, y lo que había comenzado como un juego fue una especie de buceo en mi interior. Descubrí que existía la pasión por lo que hago, entonces entendí que ese era mi camino. Ahora estoy dispuesto a ampliar el panorama y probar relacionarme con la música, aprender a tocar bien la guitarra y darle mucho más complemento a mi faceta de actor.
—María: Siempre le estaré agradecida a mi amigo Piñeiro, pero nunca sentí nada especial por ser modelo. Para mí se acaba una etapa, y si elijo aceptar alguna oferta no se trata de pasión, sino de trabajo. Puedo dar mucho más que una pose, por eso comencé a tomar clases de actuación, canto y baile. Y actualmente participo de los seminarios de Joy Morris, la norteamericana que visita el país sólo dos veces al año.
Ella se confiesa ansiosa por lograr ser una buena actriz de comedia musical, él no da síntomas de apuro por lo suyo, y disfruta de las giras por el mundo con la banda de Erreway. El dice que ella es una buena actriz, y ella dice que ese título le queda grande. Pero ambos coinciden en que el tiempo es la clave del talento, y que el mejor aliciente es tenerse el uno al otro. `Nos consultamos todo y analizamos juntos cada una de las propuestas laborales. Ninguno toma una decisión sin la aprobación del otro´, relatan.
Por encima del prejuicio recurrente que descree del amor adulto a cierta edad, María y Benjamín aseguran que no saben si son los amores de sus vidas, pero tienen por seguro que vivieron dos años de una plena relación sobre dos fuertes pilares: la amistad de la pareja y el humor.
—¿Cuál es la noción de pareja que se tiene a los 20 años?
—M: Sé que aún soy muy joven, pero el trabajo me ha formado otra mente muy distinta a las demás chicas de mi edad. Creo en la pareja con una estructura clásica, con la fidelidad como virtud indiscutible. Estamos sumergidos en un medio muy difícil, donde se escucha y se ve de todo, pero confío en Benja porque nuestra escala de valores es parecida.
—B: No existe otro proyecto más que el de disfrutar de lo que nos pasa y hacer uso de las libertades individuales, porque es sano y mucho más, a esta edad.
—¿Libertades?
—B: Las que corresponden a un marco de respeto y fidelidad (sonríe con gracia).
—M: Yo soy más estructurada, necesito del llamado y los detalles de atención. El, no. Puede que tenga que ver con que no ha tenido otra experiencia de pareja.
Benja ataja la jugada con la frase: `Las mujeres siempre se sienten abandonadas, pero los dos sabemos que somos chicos y vamos de la mano contra la fama y todo lo que ello conlleva. Eso es una gran prueba de entrega´.
—¿María es su primer amor?
—Sí, tuve la suerte de haberla encontrado cuando buscaba estar con alguien. Y está bueno, porque me enseña; en una relación no todo es darse besos y decirse `te quiero´. Mary me protege y me cuida de una forma tan sutil que me acostumbra, y, a la vez, aprendo a devolver esa atención.
—María, ¿qué cree haber enseñado a Benjamín?
—En realidad me lo dice todo el tiempo, pero nunca queda claro a qué se refiere.
Benjamín interrumpe: `Suele ser mi guía hasta en lo cotidiano. Nos damos opiniones y todo lo dialogamos. Es una grande; hasta puede indicarme por teléfono el paso a paso de cómo hacer pollo con papas mientras la maquillan en el backstage de un desfile, como sucedió hace poco´. Ella completa: `Un día me llamó casi de madrugada para preguntarme si el agua debía hervir antes de echar los fideos. Lo hago con gusto, como cuando intento poner un poco de orden al caos de su departamento´. Rojas acota: `Desde que vivo solo tengo una especie de cábala: cada visita que viene lava los platos y acomoda lo que encuentra desprolijo. Todos colaboran, mamá, María y sus amigas.... De esa forma llego a fin de mes ahorrando los gastos de una mucama´.
Cuando se habla de celos, él admite que es un tema que tuvieron que aprender a controlar. Ella dice que el acoso de las fans de Benjamín no la molesta, pero no tolera ver que alguien lo bese en televisión. El opina que algún día deberá afrontar lo mismo y, de seguro, sentirá muchos más celos que ella. Pero ése no es motivo de discusión. Existe uno tan fuerte como recurrente, y Rojas lo deja claro: `Soy muy colgado´. María arremete: `Me pone de malhumor que no se acuerde de que quedamos en comer y me avise de repente que se va con los amigos a jugar fútbol. El último verano me propuso una semana de pareja en una cabaña en Cariló. Dos días antes del regreso, se levanta y me dice que se va a Buenos Aires para ver un partido de Banfield. Estuve sola en medio de un bosque hasta que volvió a las doce de la noche.´ A lo que Benja dice: `Si eso no es amor al equipo...´. A lo que ella responde: `No es amor a tu novia´.
Benjamín quiere nadar y le pide a María que le baje del bungalow el protector solar. Minutos después, Del Cerro regresa con el pote en una mano, crema en la otra e intensiones de untarlo contra los rayos ultravioleta. `Gracias gorda, pero no voy a ir al mar y no quiero embadurnarme´, dice él. `¿Me hiciste subir y bajar al morro para nada?´, responde María. `Es que estás tan linda con ese vestido que lo hice sólo para verte ir y venir´, remata Benja.
—¿Vestigios de un alma pirata?
—No soy chanta. En nuestro caso, el humor es un pilar de la relación. Nos divierte hacernos bromas y reírnos con los códigos internos. Me gusta hacerle chistes a Mary cuando noto que está colgada o demasiado seria, porque cae con facilidad. Un aspecto más del compañerismo, como si estuviera con mi mejor amigo.
Pese al término del ciclo Alma Pirata, el actor no abandonó el nido de Cris Morena Group. Y si bien nada es seguro todavía, sabe que algo se prepara para él. Mientras tanto planifica descansar algunos meses, intentar una participación en cine y experimentar el trabajo de unitario.
—Camila Bordonaba, Luisana Lopilato y Felipe Colombo, entre otros, han logrado despegar con personajes más osados. ¿Se queda con Cris por la comodidad del éxito asegurado o por propia inseguridad?
—Cuando era más chico, miraba la vereda de enfrente y quería estar en el lugar de los otros. Es algo de lo que hoy me río junto con Cris. Creo que se trata de una buena escuela para mí, porque de lo infantil hice una tira y siento que voy creciendo. Hoy no tengo la necesidad de buscar en otro lado, ni demostrar que puedo hacer algo jugado. Y con Cris me une una relación que va más allá de lo laboral.
—¿El galancito no desmerece al actor?
—En algún momento me molestó el rótulo, pero es una cuestión de confianza y cualidades. Nada se mantiene sólo con el envase; en el caso de un artista hace falta el talento. No tengo rollos con los papeles que me toquen y priorizo aprender.
El Palau Sant Jordi, en Barcelona; el Pabellón Príncipe Felipe, en Zaragoza; el IFEVI, en Vigo y la Plaza de Toros, en Madrid. Sitios que conforman la ruta del grupo Erreway en su gira europea que concluyó el pasado mes de diciembre. `Yo no quería volver —admite Rojas—. Vivimos una experiencia inolvidable. Pero se extrañó la pasión de las argentinas; allá, las mujeres son más respetuosas´. Y luego de haber compuesto los temas del CD de Alma Pirata, confiesa: `Cada día estoy más cerca de lanzarme como solista.´
Finalmente, y para nada reemplazable por 150.000 aplausos españoles, la necesidad del reencuentro.
—María, ¿por qué Benja?
—Porque no genera conflictos, por el humor con que me seduce y porque me hace feliz ver cómo se adaptó a mi gente, con tanta naturalidad. Es flexible, abierto y compañero. Pero, por sobre todas las cosas, me fascina su perfil tan `familiero´. Puede ser el más expuesto, pero nunca le pidas que no vaya a un asado en la casa de sus viejos.
—Benja, ¿por qué María?
—Porque tiene todo lo que necesito de una mujer. Entiende el ritmo que acompaña mi carrera y no intenta aprovecharse de ella. Es la única que sabe cómo quitarme el overol de famoso y apoyar mis pies sobre la tierra.
Autor: Sebastián Soldano
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